Una historia que se resumía a una sola pieza, entera! difícil de entender en cada uno de esos pequeños fragmentos esparcidos por el suelo, y hoy imposible de reconstruir.
Quizás quien sabe si mañana, cuando vuelvas a salir, encuentres de nuevo algo que te entre por los ojos, se aloje en tu corazón y será parte de tu nueva vida...y entenderás que no hay dos historias iguales, por muy parecidas que sean...y no todo lo que se rompe, se esparce de igual modo, haciendo con que algunas sean más fáciles de reconstruir, pero sea como sea, jamás volverá a ser igual, sino maravillosamente diferente.
Hay historias mil! hermosas! llenas de recuerdos que dejan huellas grabadas a fuego en el corazón. ¡Huellas que no se borran con el paso de los tiempos, y que son las marcas de nuestro ser o haber sido! Pero no merece la pena repetir, sino simplemente revivirlas en los recuerdos, y dejarlas allí, guardadas, como siendo parte de ese preciado tesoro llamado vida.
¡Sabes, ese barco enorme, majestuoso, que navega plácidamente surcando los océanos de la tierra, y un día, cuando menos te lo esperas, se hunde!
No dejará jamás de ser un barco que naufragó sin dejar náufragos, pero saberlo en el fondo del mar y recordar su "vida", te hará repensar la tuya de forma diferente.
Miradas, olores, roces, ruidos, susurros y hasta silencios! descansan en paz en el fondo del mar, donde apenas en tus recuerdos se puede vivir... Se puede respirar.
