lunes, 15 de febrero de 2016

"SIEMPRE SUYA"



Después de años de convivencia, donde los detalles iban cada vez a menos, hasta que dieron lugar a la total indiferencia, ante la que sucumbió, como exhalando su último y agonizante suspiro...
Él a su rollo, entrando y saliendo de casa cuando le daba la gana y sin dar explicaciones. Exigiendo la comida en la mesa a una hora exacta, y después, un poco de sofá, viendo la tele, con su copita en una mano y el cigarrillo en la otra. Terminada la "sesión" televisiva, y si en ese momento le entraran las ganas de algo más, la llamaba de una forma descuidada, y tenían sexo.
Un día, charlando con alguien, sus ojos se llenaron de lagrimas, cuando su amiga le hablaba de amor, pasión, deseo y de miles de aventuras que vivía en privado con su esposo, distinguido caballero que la trataba como una reina.
Ella se llenó de valor y decidió cambiar el rumbo de su vida...dedicó su tiempo a cuidarse como no la habían cuidado jamás, a respetarse como siendo algo normal, y a quererse sobre todas las cosas.
Un día probó pasar por delante de la tele, provocándolo, pero sin conseguir los resultados deseados, ni siquiera recibiendo un solo cumplido...
Esa noche, colgó el delantal, se arregló y sin muchas aclaraciones, dijo a su esposo que iba a salir con las amigas.
Él, pendiente del partido, apartó ligeramente la mirada de la pantalla y se la quedó mirando..."y a ti como te ha dado por salir con tus amigas hoy?".
Ella lo miró de nuevo, y le dice:_ "si prefieres me quedo contigo aquí, los dos juntitos".
Él prontamente cambió de idea y le dijo:_"no, no, vete con ellas y que os lo paséis bien, yo estoy viendo el partido". 
Esa noche, a mitad del partido, se levantó a ver que le había preparado de cena y...no había nada hecho.
Se volvió al sofá, cogió el teléfono y pidió una pizza.
Esa noche ella llegó temprano, y él aun estaba despierto, aunque en la cama.
Él: - Que tal os lo habéis pasado?
Ella: - Bien, no me esperaba reír tanto.
Él: - Y quiénes estabais?
Ella: - Las de siempre.
Él: - Bien, me alegro.
Ella: - Y el partido que tal?
Él: - Bien, ganamos.
Ella: - Que bien, no!
Él: - Pues si.
Y por instantes no encontraban nada más de que hablar.
Al rato, ella se acuesta, pero no sin antes desmaquillarse, ponerse sexy, y haciéndose querer.
Él, un poco mosca por la felicidad de su mujer y, comido por un poco de celos ante tanto "cuidado", espera que ella se acueste, y cuando por fin lo hace, se le acerca como si nada.
Al rato le empieza a acariciar y le pregunta:
Él: - Que! echamos uno?
Ella: - No, por fi, estoy cansada.
Él: - Cansada de que, ni que hubieran ido a trabajar!
Ella: - No, de verdad, estoy cansada, vale...mañana lo hacemos.
Él: - Que te den!!!!! 
Esa noche él estaba perdido de ganas, y ella estaba más sexy que nunca...y entonces, aun ante su negación, termina poseyéndola en contra de su voluntad.
Ella no demuestra nada de interés, y aunque hace un primer esfuerzo para impedirlo y después para pararlo, termina accediendo ante la fuerza que él ponía.
Cuando terminaron, él se dio la vuelta, cogió un cigarrillo y, dio una calada enorme, llenando todo el pecho de humo y soltándolo de seguida por haber logrado algo que deseaba en aquél momento.
Él: - fue el mejor polvo de los últimos años, eh! y eso que te resistías al principio.
Ella, no decía nada...pero de sus ojos salían unas lágrimas que le bañaban todo el rostro.
Él: - pero ahora que te pasa?
Ella: - Nada.
Él: - Pues si no pasa nada no llores.
Se dio la vuelta y a dormir...
Pasaron los días, y el ambiente era cada vez más raro. Ella estaba más decidida que nunca a cambiar su vida, a quererse y cuidarse cada día más, y él siempre más de lo mismo, hasta que después de un tiempo sin que intimaran, él no podía más y decidió forzar de nuevo.
Pero esta vez ella le hizo frente y se escuchó un "no" enorme, que hasta lo asustó.
Él: - Pues en mi cama no duermes! vete al sofá.
Ella se levantó, y sin mediar palabra se fue al sofá...
Los días fueron pasando, él no ponía empeño en tratarla como mujer, y ella empezaba a salir con más frecuencia y llegando cada vez más tarde.
Preocupado, no reconocía ya a su mujer. Esta se cuidaba, se arreglaba, se quería, era determinada y se la veía autosuficiente...los miedos empezaron a apoderarse de él, más que los celos.
Ese día, antes de que ella llegara de trabajar, él se le adelantó, preparó la cena, le preparó un baño relajante, puso la mesa como si se tratara de una cena romántica, un ramo de flores en el centro y una botella de un buen vino para brindar.
Cuando ella llegó, se quedó sorprendida.
Ella: - Todo esto lo preparaste tu solo?
Él: - si, por ti lo que sea.
Ella: - Muchas gracias, ha sido todo un detalle.
Él: - el amor no tiene precio, cariño.
Después del baño, un masaje y la cena, él pretendía una noche de pasión, pero por primera vez y ante una negación de ella, aludiendo el cansancio, él respetó su decisión.
Ella: - de verdad eh! te agradezco el detalle, ha sido maravilloso y no me lo esperaba de ti, pero estoy muy cansada, ha ido un día muy duro.
Él: - Lo entiendo mi amor, no pasa nada.
Ella: - No te enfades, ok!
Él: No, no te preocupes.
Ella: - Mañana quiero que sea un día que no lo olvides jamás.
Él: - hummmmm, eso promete, eh!
La noche no ha dado más de si, ha sido tranquila, de buen rollo y de una paz como hacía tiempo no había en aquél hogar.
Al día siguiente, por la mañana, cuando él se despertó, tenía un sobre en la mesa, y una nota en la que ponía, "prepárate, que esta tarde te haré sentir lo que jamás has sentido en esta vida. Espérame sobre las 18:00".
A las dieciocho, nada...cinco minutos después, nada...a los diez minutos suena el timbre, y él como loco ve corriendo a abrir la puerta, y se presenta un hombre, elegante, trajeado y con otro sobre en la mano.
- Hola, encantado de saludarle. Es usted el señor"xhd"?
- Si, por?
- Mire, soy el abogado de su señora, y le traigo una petición de divorcio que deberá usted firmar. Puede leérsela y tomar su tiempo, o bien contactar con su abogado. Mi clienta lo ha preferido así, y después de años planteándoselo, ha entendido que usted ya está preparado para poder cuidar de una otra mujer, a la cuál deberá aprender a querer, amar, respetar y cuidar, porque la vida, con amor, tiene mucho más sentido.
- Pero...no entiendo! si ayer estábamos bien?????
- Seguramente usted estaba bien, pero ella estaba mejor porque ya había decidido darle sentido a la vida.
En ese momento, se hicieron realidad las palabras de su mujer, cuando le decía que "esta tarde vas a sentir algo que no habías sentido jamás"...y sintió...sintió como definitivamente la perdía como esposa...justo cuando más se estaba enamorando de ella.