Es esa luz de tus ojos,
la que dibuja en mi rostro una sonrisa,
la que sacia cada uno de mis antojos,
y me refresca plácidamente con su brisa.
Es el reflejo en tu tierna mirada,
con su brillo intenso y profundo,
el que me atrapa, mi linda enamorada,
y me lleva durmiente a un otro mundo.
Es la tez de su tercia piel,
la suavidad en cada una de sus caricias,
sus besos dulces, sabor a miel,
y zozobro impasible en su jardín de delicias.
Son las noches, son los días,
son minutos que se acercan a la hora,
momentos ajenos de paz, son alegrías,
recuerdos de un amor, que mi corazón añora.
Como cristales rotos, hechos pedacitos,
caídos en el suelo esperando ser recogidos,
ese corazón echo añicos,
se desinfla, sin aire, y se hace tan pequeñito.