Se me ponen los pelos de punta, estar sentado aquí a orillas del mar, y ver como el agua viene a besar la arena, y se va...viene y se va...como un D. Juan, tal galán que viene a cortejar a su doncella.
Mientras ella, muy tímidamente, se impacienta, esperando el siguiente oleaje, cargado de besos, que mojará su cuerpo, llenándolo con sus jugos.
Al fondo, veo como en la línea del horizonte, cielo y mar se juntan, y es el sol quién abre una autopista de luz, que parece querer llegar a mi.
Me dejo encandilar por tan bello paisaje, y la envidia se apodera de mi ser...y pienso en lo hermosa que podría ser la vida si pudiera vivir un solo momento, de tiempo indeterminado pero infinito, de amor.
Quiero ser el mar que visita alguna orilla, o que alguna arena me encuentre y vivamos esa historia en nuestra playa, donde la pueda mojar y dejar mis huellas, sin que sea apenas un atisbo en mi mente.
Por la noche le doy vueltas a mis pensamientos, y las dudas se apoderan de mi ser. Necesito aclaraciones y salir de esta penumbra de miedos que me comen por dentro, y no me dejan ser yo mismo.
No duermo más que cinco minutos, y cuando me despierto deseo que sea ya por la mañana, pero nada más que una ilusión...
Aun es de noche, y no siento pasar las horas!
Mañana quedé con mi amiga, en la playa, y procuraré pasar un día por lo menos divertido, pues lo necesito como el aire que respiro...y con esa sensación me vuelvo a dormir.
Por la mañana me despierto, me aseo, me ducho, y quedamos en un chiringuito para desayunar, y después ya disfrutaremos de un buen día de playa.
Pero...no sé si por la agitada noche que tuve, o si por lo que comenté antes, del mar y la orilla, aun no habíamos siquiera puesto las toallas en la arena y ya me estaban entrando unas ganas tremendas de besar a mi amiga! hoy la veo más bella que nunca...sexy, atractiva...pero trato de apartar mis ojos de su mirada, no vaya a ser que me pille!
Entre risas y carcajadas voy disimulando relativamente bien, y salgo airosamente de la situación.
Según van avanzando los minutos, y ya con todo en su sitio, me pide que le eche crema...yo encantado, pero a la vez estoy temblando con la situación. La misma sensación de tocar su piel y sentir mis manos recorriendo todo su cuerpo, hacen con que mi mente vuele en las alas de los sueños, y me imagino que no son solo mis manos, sino mi lengua, mis labios, quiénes se pasean por esa carretera de deseos que quizás no llegue a probar en la vida, pero aprovecharé la oportunidad de por lo menos tener mis manos paseándose por su cuerpo y deleitarme de ese placer lo más casto posible.
Mi cuerpo tiembla y entra en erupción cuando de su voz sale un gemido que me dice:_"hummmmm, que bien se está, no pares...que gusto", y de nuevo mi mente vuela a otros parajes. Sus palabras suenan a música de gloria para mis oídos, y parece que el tiempo se detiene a mi alrededor.
Suspiro profundamente y, con mis siempre tan ocurrentes bromas le digo:_"no provoques que no soy de hierro", y de seguida suelto una ligera carcajada que sorprendentemente es correspondida, y me dice:_"yo tampoco soy de hierro, así que tu verás como haces el masaje".
Por momentos todo se quedó en apenas eso...
Al rato se ofrece en ponerme la crema, y encantado accedo a ello.
Me pongo de espaldas y siento como sus manos empiezan bajando hasta llegar a los tobillos, sentada sobre mis nalgas, y siento como su sexo está apoyado en mi...la imaginación vuela y vuela, hasta que suena la alarma cuando me pide que me de la vuelta!!!!!
Muy educadamente le digo que no, que por mi así está bien y ya terminaré dentro de un rato de ponérmelo por delante.
Insiste, y dice:_"va, no seas tonto! total, ya me he pringado las manos, así que ahora termino lo que empecé".
Yo ya no sabía más como decirle que en esos momentos no me podría dar la vuelta porque tenia una más que visible erección y que la situación era demasiado embarazosa para mi, pero, con mi torpeza y haciéndome el vago, le dije:_"no, de verdad, estoy tan a gusto así que ya no me muevo ni que venga un huracán".
Bueno, de esta me he librado y bien, y seguimos charlando, cada cuál en su toalla, contándonos nuestras cosas y compartiendo charla y risas con gusto.
Después de un par de horas al sol, me invita a meternos en el agua, a refrescarnos un poco...
Yo ya estaba más tranquilo y seguro, pues ya se me había bajado el "amigo", y con eso ya me sentía relajado, además, con el agua fría pues, mejor que mejor.
Una vez que estamos en la orilla, le cuento lo que pensaba ayer, sobre la historia de las olas besando la arena, y...con su dulzura, me cogió la mano y me animó a seguir adentrándome al mar.
No sé, pero su saber estar me tenía seguro, tranquilo, relajado...me hacía sentir a gusto, y no solo porque era mi amiga, mi confidente, sino porque allí estaba cuando más la necesitaba.
Según íbamos avanzado, el agua nos iba cubriendo más y más, y apenas eran hombros y cabeza lo que se podía ver desde la playa...
Estábamos frente a frente, jugando, empujándonos, como dos críos que se lo estaban pasando de maravilla, hasta que por un momento el tiempo parece haberse detenido a nuestro alrededor y nada más importaba.
Nos perdimos en la mirada el uno del otro, y sin necesidad de decir nada nuestros labios se han acercado tanto que terminamos por darnos un pico, otro, otros cuantos más y, ya no estábamos besando apasionadamente.
No hubo necesidad de decir nada respeto al beso, simplemente nos dejamos llevar y ya está, pero en el abrazo me dice:_"oye, creo que se te despertó algo ahí abajo!". No sabía donde esconderme, y simplemente he soltado una avergonzada sonrisita y le dije:_"no soy de hierro cariño", y me contesta:_"hummmmmmm, yo tampoco"...y siento como su mano acaricia mi "amiguito" por encima del bañador...y sin saber que decirle, la beso de nuevo apasionadamente...y seguimos con toqueteos...
Mientras su mano está con mi amigo, mi mano busca la suya.
Y así estamos un buen rato, hasta que ya no podemos más y, conscientes de que nadie nos pillará, aparto su bañador a un lado y mi pene se introduce en su vagina, hasta el fondo, y suelta un gemido tan sexual que hace con que me encienda aun más.
Estamos haciendo el amor en el mar!!!!! La playa abarrotada de gente, y seguramente alguno en su mente perversa estará pensando que estamos haciendo el amor, mientras la mayoría ni se preocupa de quiénes estamos o no en el agua.
Esa sensación de "nos pillarán!", hace con que lo hagamos con más fulgor, y con embestidas fuertes y placenteras, mientras nos besamos y acaricio sus senos redondos.
No puedo parar y, exploto en su interior, dejando mi huella dentro de ella, y soltamos los dos una carcajada, nos abrazamos y volvemos a besarnos.
Nadamos hasta la orilla, y vemos como el mar sigue besando la arena, tan enamorado y después se va para regresar.
Me mira fijamente y me dice:_"tu cuento me ha parecido excelente, pero me gustó más la realidad".
Nos regresamos a la toalla, nos tumbamos, y cogidos de la mano estuvimos un rato largo, mirando al cielo azul y soñando...un secreto que se quedó en el mar.