Hoy, cuando en sus brazos despertaste,
los míos te deseaban a ti.
Cuando sus labios besaste,
los míos suspiraban por ti.
Cuando tus ojos se fundieron en los suyos,
los míos te miraban a ti.
Y, en la soledad de mi cama,
no me sentía solo, te sentía aquí!
Te abracé, con la fuerza del amor,
te besé, con la intensidad de la pasión,
te deseé, y cerrando los ojos te hice mía,
hasta abrirlos, y darme cuenta que ya no estabas!
Ya no sé si buscarte en mi mente,
o buscarte en mi corazón,
mi futuro, pasado en el presente,
perdido y hallado allá, sin razón.
Eres fuego, pasión y deseo,
un sol que brilla, aun oculto, tras una nube,
esa luz en la oscuridad, que apenas veo,
un amor centelleante que un día tuve.
Lucho Carvalho
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